En el mundo del motor, pocos ejemplares capturan la esencia de la época dorada de los deportivos como el Datsun 240Z. Este icónico automóvil japonés de la década de 1970 es una verdadera obra maestra de las cuatro ruedas.
Cuando lo vi a través de mi cámara de fotos por primera vez en el Circuito del Jarama con Tandas Privadas pensé «¡Quiero hacerle una sesión de fotos!». Hablé con mi compañera para que hablase con ellos, ya que yo no puedo salir de los viales de pista, debido a que mucha gente se quedaría sin fotos, y como mi compañera tienes más morro que espalda, en menos de 10 minutos ya tenía el teléfono del propietario del 240Z.

Aquí traigo algunas de las fotos de la sesión al Datsun 240Z preparado para rally con el que tuve el privilegio de trabajar en una sesión que, aunque fue algo exprés, me encantó el resultado, no solo por las fotos en sí, si no por conocer al propietario. Del tiempo que duró la sesión, estuvimos más tiempo hablando y contándonos batallas que haciendo las propias fotos, cuando nos quisimos dar cuenta, ya habían pasado varias horas.

Desde el momento en que el Datsun 240Z apareció en el punto de encuentro, su presencia se apoderó de todas las miradas de al rededor, incluida por supuesto la mía. Su sonido, sus líneas atemporales, su aire deportivo cautivó a todos los presentes y hacía romper más de un cuello mientras llegamos a la zona elegida para la sesión.
Yo iba con mi coche, que normalmente también es el centro de muchas de las miradas, en este casó pasaba totalmente desapercibido, no es que pasase a un segundo plano, es que desapareció por completo.
Y sin más, agradecer al propietario del Datsun por la oportunidad, y aquí dejo algunas de las fotos de la sesión de fotos. Espero que os gusten.








¿Cómo se entregaron las fotos?
En este caso, las fotos se entregaron en formato digita debido a que no fue una sesión contratada por el cliente, si no una sesión que le propuse yo y fue un regalo por mi parte.
Aunque he de reconocer, que me imprimí una de las fotos dos veces, una de ellas para regalársela al propietario cuando le vuelva a ver, cosa que tengo clara que pasará, y la otra para mí.
La elegida la imprimí en Saal Digital en papel satinado para evitar brillos y darle un toque «vintage» obteniendo así un resultado espectacular.